En la cúspide de su gloria, la antigua y misteriosa civilización maya gobernó un territorio de más de 300.000 kilómetros cuadrados en lo que hoy día es Guatemala, México, Honduras, El Salvador y Belice. Lo que empezó como una modesta población de grupos de cazadores, creció hasta convertirse en más de cuarenta florecientes ciudades-estado, construidas en las selvas exuberantes y gobernadas por una dinastía de poderosos reyes. En un extraordinario despliegue de creatividad, desde el año 250 d.C. hasta el 900 d.C., sin el uso del metal, sin animales de carga y sin tan siquiera la rueda, los mayas construyeron altísimas pirámides-templo, palacios ornamentales y avanzados sistemas hidráulicos, todo para apaciguar a los dioses y mantener a su cada vez más numerosa población.
miércoles, 27 de mayo de 2009
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